Homenaje Académico

Compartir la terminación del periodo académico con antiguos alumnos, colegas, colaboradores, amigos y la familia más próxima es una experiencia memorable.

Más allá de lo que significa interrumpir una larga pauta de actividad personal y profesional, este «punto y aparte» representa una excelente ocasión de confirmar la decisión de pasar página y dar comienzo a otra etapa de nuestra vida. Es un ejercicio emocional lleno de interrogantes y expectativas, especialmente para aquellos que hemos mantenido una continuidad laboral ininterrumpida durante más de tres décadas en una misma institución.

Pero la peculiaridad de la actividad docente, tras compartir tantas horas, meses y años de estudio y docencia con alumnos y alumnas que se mantienen en edad permanente, es que aporta un bagaje emocional muy especial: el haber podido recibir dosis muy prolongadas del “elixir de la eterna juventud”. Que no es otro que el contacto cotidiano con alumnos y alumnas en su mejor etapa de desarrollo personal, mientras que nosotros evolucionamos desde la condición de “hermanos mayores”, para pasar luego a la de “padres” y finalmente a la de casi “abuelos”.

Esa adaptación emocional tan prolongada a la juventud es sin duda uno de los beneficios esenciales de la vida académica e investigadora.

Presentamos los textos de saludo y reconocimiento de muchos de esos compañeros de trabajo, en una serie de fotografías recogidas por los organizadores del acto, junto con nuestras palabras de agradecimiento a la dirección de la ETS de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Catalunya, la presidencia y los colaboradores de Aigües de Barcelona, y la representación del Colegio de Ingenieros de Caminos de Catalunya, que tan amablemente organizaron este excelente acto de homenaje y de reconocimiento mutuo. En especial, mi profundo agradecimiento a Carlos Campos y todo el equipo de Aigües de Barcelona por haber llevado a cabo esta entrañable iniciativa.